He visto una campaña en facebook que propone la anulación del voto estas elecciones, además de un video de alguien con un plan de acción.
Yo concuerdo con la Dra. Inclán, mi profesora de sociología, cuando afirma que anular el voto no sólo es un daño directo al sistema democrático, sino que, además, permitiría que la élite actual, dada la teoría de enmarcamiento o la de umbrales de participación, continúe perpetrada en el poder.
Anular el voto no sólo le abriría las puertas al voto duro de los partidos, sino que, en vez de demostrar un acto de desobediencia o de protesta en contra del sistema político, fomentaría esos agujeros en los procesos electorales, como que no existe un mínimo de votos nulos para desacreditar una elección.
Por otra parte, anular un voto con garabatos en la boleta es una protesta absolutamente cómoda, enlatada, plástica y ligera. El Aparato Estatal no sentirá ni un piquete de mosquito, como diría Salinas: "ni los veo, ni los oigo". Según la teoría de movimientos sociales, la organización de movimiento social debe de tener medios de presión para obtener sus demandas, ya sea económicos, políticos o de cualquier otra índole; el dejar que aquellos que comparten un marco de referencia con el Sistema de Poder, o aquellos que tengan un umbral de participación altísimo hacia las propuestas del mismo, voten únicamente no parece ser una forma de presión muy efectiva. (Y qué decir de ir a votar en blanco: ¿Por qué no vestimos de blanco para acabar con la pobreza o con la guerra en Irak?).
En clase nos preguntamos el porqué de que no hubiera habido un levantamiento social en México, no encontramos aún una respuesta seria; sin embargo, las formas de presión que podrían aplicarse, creo yo, habrían de ser o más serias o más pensadas.
Una revolución acarrearía los problemas intrínsecos en la misma; yo propongo que mejor nos pongamos en contacto con nuestros representantes, que le hagamos saber que estamos allí y que no somos indiferentes, que si ganó está allí por el votante. Esto se dará, claro, votando. A mi modo de ver, el uso de twitter, facebook y demás redes sociales por parte de los candidatos es un avance significativo, el chiste es que nos insmiscuyamos en el proceso político, informados y, por supuesto, interesados en la gestación de política pública.
Luego diré por qué mi propuesta sigue siendo pueril.
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