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Me pregunto quién regresará del Caribe, quién bajará del Boeing de Cubana de Aviación en el Internacional Benito Juárez. Afrontarme con el socialismo en la praxis había sido uno de mis sueños dorados, una de las guías que me colocó en dónde estoy y me dirigió a donde voy.
Me pregunto qué me encontraré en La Habana, me pregunto cómo cambiarán mis perspectivas políticas, sociales, culturales, me pregunto si podré encausar por fin qué ente político soy.
Con el fin de encontrar la luz revolucionaria o la falacia utópica, o ambas, he decidido empaparme en lo absoluto. Me he hecho de artículos de Rafael Rojas, así como del libro que él coordinó: Cuba Hoy y Mañana.
De igual forma, y no menos insistentemente, estoy consumiendo a montones artículos de Generación Y, un blog magnífico por demás [parte de mi paradoja]. Me hice de la Constitución Cubana del 93, librods de Tomás Borge, las reflexiones de Fidel Castro, de Cabrera Infante y de cada cosa que me topo.
Al momento que escribo esto, 16 de las pestañas de mi firefox están ocupadas en el tema. El objetivo es simple: no ser un turista más.
Exijo que este sea un viaje de autodescrubrimiento, exijo que este viaje sea una revelación. Pero bueno, en exigir se nos va la vida.
Acompaño a un grupo de locos que también tienen ansia de política, 4 personajes que, más que ilusionados,
No sé que me depara, espero encontrarme con que la frase "tú nunca has estado en Cuba, no sabes lo que significa" deje de redundar, no sólo porque fui, sino porque aprendí qué es la Revolución.
