22.5.07

Hegemonía y Democracia I

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El concepto hegemónico de implantación e imposición imperialista nos ha forjado en la sociedad y en gran parte de la comunidad humana un concepto único, filosófico y político. Es decir, una sola visión de una idea conceptualizada como un estándar copiado del modelo estadounidense de dirección social. Se dice que en Cuba el sistema político es una dictadura, totalmente en contra de los principios democráticos legados por los griegos. Para no entrar de lleno con mi opinión y percepción de la política socialista o de sus variantes, me remitiré meramente a la supuesta base conceptual de los sistemas democráticos, la antigua Grecia para establecer una falla estructural y su subsecuente solución. Debo de admitir que el libro del periodista Tomás Borge, Un Grano de Maíz me abrió mucho los ojos. Fidel Castro Ruz en respuesta a una de las preguntas de Tomás Borge, ¿Qué es para usted la democracia?, respondió de una manera particularmente bella sobre la dominación de la minoría a la mayoría. En las democracias contemporáneas el poder viene directamente del capital, no de los pueblos. De igual forma Fidel se remite al génesis democrático que se desencadenaría en el mundo y hace que nos demos cuenta de un factor imprescindible en la democracia griega. La existencia de esclavos, la clase dominada que sostenía a las clases intelectuales y de capital y la votación de varones mayores de edad. Es entonces razonable pensar que la democracia griega era perfecta y con una eficacia increíble por sus situación social. Pero ¿que pasa en las sociedades contemporáneas en dónde la fuerza proletaria no está sometida a la esclavitud (física) abierta y se convierte en un actor político y económico? Se requiere que se conviertan en esclavos de nuevo, así el sistema seguirá su marcha perfecta de control y de audacia. Se habla mucho de la influencia mediática, de la participación de los medios masivos de comunicación. Sin embargo, no creo que ellos tengan la culpa de la podredumbre en la que estamos viviendo, ellos sólo son un instrumento, un brazo, una de las formas de dominación del imperio. Son culpables todos aquellos que se dejan influenciar, que permiten que los llamados "medios" les arranquen su cultura imponiéndoles una extrajera, son aquellos que permiten que los "medios" les digan que comer, como comer, que vestir, cuándo reír, cuando pensar y en qué hacerlo, a quién amar y cuándo reír. Es decir que la estructuración misma de la hegemonización de mentes y la estandarización de criterios proviene total y completamente del individuo y su visión crítica de las cosas. Se nos ha hecho creer desde siempre que la democracia representativa se remite a votar y a que se elija a la persona más capacitada para gobernar (nótese "gobernar"). Sin embargo, ¿cómo es que se toma esta elección? Es tomada, por lo menos por las masas no progresistas y aturdidas por, cómo diría el gran maestro Tomás Mojarro, el "clásico pasesito a la red". Éstas personas adictas a las formas de dominación imperialista se convierten en las masas que elegirán al candidato que haya pagado más mensajes publicitarios o tenga más carisma. En opinión personal, la democracia no debe ser entendida como la cesión de poder, sino como la construcción de una administración sólida que permita al pueblo comunicarse de manera más eficiente, es decir, el líder máximo de una institución democrática se debe de convertir en un mero administrador, en un portador más que sirva como moderador entre la diferentes opiniones del pueblo, no de las ideologías trastornadas y groseras de algunos miembros de la llamada "clase política", un gobierno que "mande obedeciendo". Tomando este último término, la desaparición de la clase política por consecuente, la creación de una nueva clase política que englobe a todas las personas en todos los estratos de la ley. Antonio Gramsci proponía la creación de una clase hegemónica intelectual, que sería un elemento orgánico y maleable en la construcción de una nueva sociedad, éstos hombres doctos se ecargarían de esclarecer a las masas, con el objetivo de que poco a poco la transformación social diera como resultado el "Comunismo" y la cesión de los poderes a cada partícula del pueblo. Sin bien se lee un poco utópico yo sigo teniendo fé en la humanidad y creo que el pensamiento de las masas se esclarecerá, sería decepcionante y triste decir que "algún día". Por esta razón se requiere de la participación íntegra de todos los esclarecidos por la realidad en la lucha contra la estandarización, la defensa de los valores nacionales y en la formación de un teatro, como ahora tanto se repite, mediático.

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